Por Santiago Módica
Distintos enfoques, perspectivas y concepciones
tratan de explicar el por qué del conflicto en Medio Oriente, tratan de dar
explicaciones al surgimiento de estos, y principalmente, su persistencia a
través de ya varios años.
Lo que planteo en estas líneas es desarrollar,
desde mi punto de vista, los fundamentos, ideológicos y políticos, que hay
detrás de estos conflictos. Pienso que hay una necesidad de desmitificar la
concepción del desarrollo de los hechos, orientados en cierta parte a articular
los preceptos que Europa y Estados Unidos quieren, y de esta manera desvirtuar
el análisis de lo que ciertamente está ocurriendo en Medio Oriente.
La conformación del Estado moderno,
contemporáneo, surgido bajo paradigmas westfalianos, podemos observarlos bajo
el tutelaje europeo, es decir, fuertemente influenciado por la experiencia y la
tradición europea y estadounidense. Este largo proceso tuvo que atravesar
multiplicidad de guerras, conflictos, disputas territoriales, guerras desatadas
por creencias religiosas, por intereses políticos, intereses territoriales, entre
otros motivos. Por otra parte cabe destacar la duración de los procesos de conformación
estatal de los que actualmente en el
plano internacional, son de alguna
manera las potencias más influyentes, y principales decisores dentro del
sistema internacional, de esta manera, podemos ver el proceso de independencia
de los Estados Unidos, el cual llevó casi 10 años, las unificaciones italiana y
alemana (como hoy se conocen) son concebidas como procesos históricos que
demandaron una vasta cantidad de años. Teniendo en cuenta estos datos podemos
establecer una analogía con lo que acontece en Medio Oriente, e identificar a
estos acontecimientos como sus respectivos procesos de conformación estatal,
los mismos que Europa ha atravesado.
Los principios fundantes luego de las Paz de
Westfalia en 1648 redefinieron al Sistema Internacional y lo dotó de nuevas
formas de pensar el mundo, particularmente bajo dos conceptos, el de la
territorialidad, pensado como límites de frontera y desencadenado de esto, la
concepción de la soberanía, concebida en términos de no injerencia sobre los
asuntos internos.
Cabe destacar que estos procesos de
independencia y asentamiento de la soberanía y territorialidad fueron producto
de años de maduración, de tantísimas guerras y años de aprendizaje, en los
cuales los países europeos eran ÉL Sistema Internacional, y ninguna otra nación
intervenía en sus asuntos.
Teniendo como eje lo recién expuesto, podemos
vincular los conflictos que ocurren en Medio Oriente, dentro de una
conformación estatal tardía, tratando de establecer una definición de su
soberanía, de una cultura, una religión, y principalmente las normas que van a
regir dentro de ella. El problema radica en que la mirada europea y
estadounidense que ejercen sobre el Mundo de Oriente, juegan un papel de
interventor, de marcar CÓMO desarrollar sus proyectos independistas. Este papel
hace creer que los conflictos tienen una naturalidad y una concepción
determinada, cuando en realidad el momento que atraviesa Medio Oriente es un
proceso de guerras intestinas, civiles, las mismas que se han desarrollado en
todas partes del mundo, y que todos los países han tenido, y las cuales, nadie
les ha dicho como realizarlas.
Conclusión:
Podemos marcar que la influencia y por otra parte la injerencia directa europea
y norteamericana en la experiencia de oriente, corre de eje la naturalidad de
los conflictos y por otro lado vuelven simplista un análisis que a priori tiene
una profundidad superior a la que se le adjudica, yendo más allá del análisis
de que “Son sociedades que se han quedado en la historia, y no comprenden el nuevo mundo”. De esta manera,
reafirmando lo antes dicho, los
acontecimientos en Medio Oriente no son más que su proceso de conformación
estatal, tratando de redefinir su soberanía, sus alcances, es decir, cómo será
su integridad y cuál será su política interna, y por otro lado el rol que van a
jugar regionalmente, y su posterior proyección
en el Sistema Internacional.
La Barca Cubana, octubre 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario